Ha llegado el momento de decir “adiós” al “no me da la vida”
Artículo de Helena Sempere, gestora del caos y colaboradora de feliciCat.
Vivimos en la era de la sobreinformación, digitalización y redes sociales. Eso no lo podemos negar ni lo podemos evitar, claro está. Y tiene sus ventajas, por supuesto. El conocimiento se ha democratizado, podemos comprar cualquier cosa desde cualquier parte del mundo y podemos ver a nuestros seres queridos estén donde estén con sólo apretar un botón.
Esto nos ha ayudado mucho y, más, en tiempos de pandemia.
¿Pero realmente hemos calculado el coste energético y emocional que supone estar 100% conectados y atentos constantemente a lo que pasa a nuestro alrededor?
Desde Marzo, los niveles de frustración, estrés, agobio y autoexigencia tanto en el ámbito personal como en el profesional están subiendo como la espuma porque tenemos tanta información de la que estar pendiente durante todo el día que vivimos en modo “no me da la vida”.
Hemos interiorizado la creencia de que tenemos que ser rápidos, productivos, hacer muchas cosas, estar siempre pendientes y ocupados. Tenemos la sensación de estar perdiéndonos constantemente cosas si no estamos “ahí”. Formaciones, webinars, masterclass, entrevistas en redes, noticias, etc.
¿Pero todo esto, cómo nos hace sentir como personas y profesionales? ¿Hacer más quiere decir hacerlo mejor, tener más clientes, ganar más dinero?
Básicamente es eso, una sensación; una percepción de la realidad y una creencia que nos viene dada por la sociedad del consumo fastfood.
La buena noticia es que podemos cambiarlo y sólo depende de nosotros mismos.
Ha llegado el momento de abrir nuevas conciencias, cambiar mentalidades y establecer nuevos hábitos de trabajo que nada tienen que ver con trabajar más sino con hacerlo de forma más eficaz.
Ha llegado el momento de que podamos ser más felices trabajando.
Trabajar de forma eficaz revierte directamente en nuestros niveles de energía, felicidad y autoestima, ya que al conseguir nuestros objetivos de forma enfocada y sin dilaciones hace que nos sintamos más realizados, que estemos más motivados y que valoremos que esta forma de trabajar tiene un resultado y una recompensa: tiempo de calidad.
Trabajar de forma eficaz significa pasar del viejo paradigma del “no me ha dado tiempo” al nuevo paradigma de “he priorizado esto hoy”.
Requiere simplificar, hacernos la vida más fácil e ir al grano hacia nuestros objetivos. Y esto pasa por cambiar nuestras creencias, implementar nuevos sistemas de organización interna como empresa, crear procesos de trabajo que nos ahorren tiempo y que optimicen nuestros resultados.
Y, también, aprender a priorizar y focalizar nuestros esfuerzos en tener claro dónde queremos llegar y qué vamos a hacer para conseguirlo. Planificarnos en base a nuestra realidad y, evidentemente, desconectar de todo ruido exterior que pueda distraernos.
“Nuestro tiempo en parte nos lo roban, en parte nos lo quitan y el que nos queda lo perdemos sin darnos cuenta” – Séneca
¿Recuerdas cómo te has sentido el día que has podido hacer todo lo que tenías previsto?
Suben tus niveles de endorfina y te sientes imparable, y además, se despierta tu inspiración y creatividad porque has dejado el espacio que tu mente tanto necesitaba para seguir creando y creciendo.
Desarrollar una una cultura de trabajo eficaz y feliz en nuestras empresas y organizaciones, no sólo es beneficioso porque obtendremos mayor implicación, más cohesión de equipo y mejores resultados, sino que empieza a ser urgente para acabar con la frustración, negatividad, autoexigencia y el estrés que nos causa esta moda.
Según el Iopener Institute Oxford las personas con índices mayores de felicidad en su trabajo tienen un rendimiento mayor: dedican el 80% de su tiempo a las tareas encomendadas, mientras que las que no lo son sólo dedican el 40% del tiempo en hacerlas. ¡Más datos! Según Shawn Achor, uno de los grandes referentes a nivel mundial en potencial humano: “Un trabajador feliz, motivado y satisfecho con su trabajo consigue un aumento del 37% de las ventas, del 31% de la productividad y del 19% en la eficacia”
Es cuestión de pasar a la acción. Ha llegado el momento de vivir más felices y tener más calidad de vida.
¿Te unes a decir adiós al “no me da la vida”? A continuación te proporcionamos una infografía que tiene como objetivo poner la calidad de vida en el “centro de la ecuación” de nuestro día a día. Sólo de esta manera podremos evitar decir esa “maldita” frase.