La importancia del encuadre en el bienestar laboral.
El bienestar laboral es una condición vital para fomentar un equilibro entre vida personal y laboral. Por este motivo, las empresas deben enseñar cómo fomentar el bienestar laboral, para que los colaboradores estén empoderados, satisfechos con su trabajo y listos para dar los resultados deseados.
Las empresas deben enseñar cómo fomentar el bienestar laboral, para que los colaboradores estén empoderados, satisfechos con su trabajo y listos para dar los resultados deseados.
Una palabra clave a la hora de entender nuestra relación con el bienestar la podemos tomar del mundo de la fotografía. Ya sea que se trate de bienestar emocional, mental, físico, social, ambiental etc. La palabra es la misma: encuadre.
Imagina que subes a la cima de una montaña. Desde ahí puedes ver valles, lagos, bosques verdes con algunas áreas quemadas. A lo lejos también ves las nubes negras, una ciudad lejana y su vertedero. Todo eso lo tienes delante, es decir, todo eso es la realidad ante tus ojos. Cuando sacas la cámara, ¿a dónde enfocas?, ¿qué encuadre eliges? ¿Fotografías el bosque quemado?, ¿el valle?, ¿o el vertedero?
En la fotografía, el encuadre es el fragmento del espacio que captamos con la cámara, es aquella parte de la realidad que mostramos desde un ángulo concreto. En la vida laboral, cuando estamos bajo estrés, atravesando un momento delicado o viviendo desencuentros con los compañeros, es fácil tener un encuadre limitado y sesgado.
Mientras sigamos enfocando ahí, vamos a sentirnos justificados para seguir pensando y actuando exactamente igual, y, lo que es peor, vamos posiblemente a generar reacciones adversas para todos. En cambio, si miramos (y reconocemos) otros elementos presentes en nuestra realidad relacionada al trabajo, las sensaciones y resultados cambiarán, creando un mejor equilibrio entre vida personal y laboral.
Cómo fomentar el bienestar laboral
La idea del encuadre tiene que ver con una visión de 360 grados que, una vez que observa todo lo implicado, busca darle a cada cosa su lugar a adecuado según su importancia y el objetivo laboral deseado.
Cambiar el encuadre va más allá del tópico de tener una visión positiva en lugar de una negativa. No se trata de negar nada, ni de esconder lo malo debajo de la alfombra para sólo ver lo positivo. Pero tampoco se trata de quedarnos con lo primero que atrapa nuestra consciencia, descartando así otra información que entonces queda desatendida. Somos seres mentales, emocionales, físicos, sociales que reaccionamos ante lo que percibimos.
Para saber cómo fomentar el bienestar laboral tenemos que reconocer que está pasando en nuestras distintas áreas, así como indagar qué está sucediendo alrededor.
El problema es que no nos han enseñado a cuestionar nuestra percepción ni a darnos una pausa antes de reaccionar. Dicho en breve, cambiar el encuadre no es tan fácil como apuntar hacia otra dirección con tu cámara.
El encuadre que tenemos ante el trabajo (y la vida) se “elige” en piloto automático gracias a la inteligencia emocional que tenemos acumulada, gracias a los ejemplos vistos en el entorno, y sobre todo, a nuestras experiencias pasadas que nos condicionan.
Llegados a este punto, la trampa en la cual caemos, afectando el equilibrio entre vida personal y laboral, es la trampa de no ver esos factores condicionantes, pero sí actuar bajo su impronta.
Sólo cuando nos reconocemos posiblemente atrapados en un encuadre limítate, estamos dando el primer paso para buscar conscientemente otros “elementos” que cambien la fotografía final.
Unos ejemplos reales que afectan nuestro bienestar laboral.
- Vemos lo que hacen los demás, pero no reconocemos las suposiciones que nosotros añadimos al respecto. Cuando las reconocemos, cambia el encuadre y nos podemos centrar en los hechos.
- Nos quedamos con la información mental, pero no atendemos a las emociones que se esconden detrás. Cuando se incorporan las emociones en la ecuación, las conclusiones ya no son las mismas. Muchas veces se vuelven ¡más sencillas!
- Nos atoramos en los factores adversos que enfrentamos, pero no vemos la postura rígida desde la cual respondemos. Ganar consciencia de dicha rigidez abre el camino para ser personas dispuestas a ser flexibles.
- Vemos lo que nos duele del presente, pero no logramos vincularlo a las experiencias dolorosas del pasado. Solo al darnos cuenta de este vínculo, podemos desligar la presión de aquel entonces de la presión actual para bajar el estrés.
- Identificamos las cosas que nos superan, pero perdemos de vista los elementos que nos empoderan como individuos o como equipo de trabajo. Si atendemos esos elementos positivos que ya tenemos, la imagen cambia al sentimos más capacitados ante una adversidad menos atemorizante.
En resumen, cuando logramos dejar de estar mirando desde el mismo encuadre, a los mismos elementos, se obtienen una percepción distinta con la cual afrontar los retos del trabajo al tiempo que se promueve el bienestar laboral.
Si deseas capacitar al personal de tu empresa u organización para que sepan cómo fomentar el bienestar laboral, ponte en contacto con Felicicat. Contáctanos.
Estaremos encantados de escuchar tus necesidades y ofrezcerte una solución personalizada.
Artículo creado por Aldo Barragán, Facilitador de feliciCat. Coach laboral, terapeuta y formador de softskills.
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