Ha llegado el momento de decir “adiós” al “no me da la vida”
¿Realmente hemos calculado el coste energético y emocional que supone estar 100% conectados y atentos constantemente a lo que pasa a nuestro alrededor?
Desde Marzo, los niveles de frustración, estrés, agobio y autoexigencia tanto en el ámbito personal como en el profesional están subiendo como la espuma porque tenemos tanta información de la que estar pendiente durante todo el día que vivimos en modo “no me da la vida”.